Carne de cabra, un alimento a atener en cuenta
Cuando pensamos en las variedades de carne que preferimos, la de cabra no suele estar entre las principales. Su leche o el queso de cabra son los productos principales con los que comercian los ganaderos. Pero a la hora de hablar de su carne, el tema cambia.
Según datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), tan solo representa un 4.6% del consumo mundial de dicho tipo de carne. Pese a ser un tipo de carne roja más, como la de vacuno, por ejemplo.
El problema de la carne cabra (como también le pasa a la de cordero), es que da una percepción al consumidor de «carne duras y poco apetecibles». Esto las relega automáticamente a un segundo plano. Les pasan por delante otras carnes nutricionalmente menos interesantes, como serían la de cerdo, por ejemplo.
Carne de cabra de calidad
Como ya hemos dicho, pese a ser una carne roja, tan solo contiene un 72% de la grasa saturada que posee la carne de pollo, por ejemplo. Y solamente un 16% de la grasa saturada de la carne de vacuno, según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
Además, hay otro factor que la aleja de ser una carne destacada y apreciada. Se trata de la dificultad que presenta la crianza de las cabras. Sobretodo si lo comparamos con otros tipos de ganado. Igual que las ovejas, las cabras no pastan, sino que se pasean. Por eso, los ganaderos no suelen criar grandes ganados de estos animales.
Ni el cordero ni mucho menos la carne caprina o carne de cabra suelen tenerse en cuenta. Ya sea por sabor o por desconocimiento sobre su interesante aporte nutricional. Desde Carnes Cervera hoy rompemos una lanza por esta carne. Animamos a consumirla de vez en cuando, a probarla y a valorarla como se merece.